1 – El origen de las fiestas
Según algunos historiadores, los carnavales vendrían a ser una versión moderna, light, de los ritos que los pueblos prehistóricos llevaban a cabo para favorecer la fertilidad del ganado y las mujeres y la llegada de la primavera.
Otros piensan que son los sucesores de determinadas fiestas que celebraban los romanos durante los meses de invierno. Durante las saturnalias, por ejemplo, esclavos y amos intercambiaban sus papeles, dando un vuelco al habitual orden social.
También hay quienes sitúan el nacimiento de estas fiestas en la Edad Media. Durante unos días los grupos sociales menos favorecidos en aquella época (niños, locos, mujeres, etc.) ocupaban los lugares privilegiados de una jerarquía carnavalesca ficticia.
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2 – ¿De dónde proviene la palabra carnaval?
Podría derivar de las palabras italianas “carnes levare” (“abandonar el uso de la carne”). Según esta teoría, la aparición del carnaval estaría ligada a la abstinencia que se practica durante la cuaresma, periodo que sigue a los carnavales.
Otra posible etimología relaciona la palabra con el término latino “carrus navalis” (“carro naval”), que denominaba a un carro que transportaba una representación de un barco durante una procesión que los romanos organizaban en honor al dios Baco.
“Carrus navalis” también podría hacer referencia a las naumaquias romanas, espectáculos que representaban batallas navales.
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3 – El entierro de la sardina
Seguro que te has preguntado alguna vez qué pinta una sardina protagonizando uno de los días más importantes del carnaval. Y, como te habrás imaginado, tampoco se sabe a ciencia cierta de dónde proviene esta tradición.
En la antigüedad se solía enterrar un cerdo cortado en canal, al que se le daba el nombre de sardina. Podría haberse confundido este término con el que se usa para el famoso pescado.
Otra versión apunta a que el origen de esta costumbre es madrileño. Durante el reinado de Carlos III unos nobles encargaron unas sardinas a un pueblo costero, para poderlas comer durante la cuaresma (ya que no se podía comer carne). Las recibieron, en mal estado, durante los días de carnaval. Las autoridades ordenaron enterrarlas en la Casa de Campo, y hasta allí se fueron en procesión con las sardinas putrefactas.
Como hemos visto, y como suele ocurrir con muchas otras cuestiones fascinantes, el origen del carnaval continúa siendo tan enigmático como una máscara veneciana. Ahora que sabes que no se sabe nada (con seguridad), puedes olvidar todas estas teorías, ponerte un disfraz y salir a disfrutar de estas fiestas tan divertidas.